miércoles, 9 de marzo de 2011

La necesidad de un modelo en contra de la organización establecida

Del Blog de Pablo Pinto / Estrategias de Inversión.com

08 marzo, 2011



 ''La imaginación es más importante que el conocimiento''. Einstein



En 1776 Adam Smith escribió un libro en el cual definía el capitalismo, en aquella época fue verdaderamente revolucionario por ir en contra del orden establecido. La sociedad económica estaba en aquella época organizada por las relaciones personales con el Rey o alguien próximo a él. Quien tuviese una relación privilegiada con el tesorero del reino, solo por ese hecho, se convertía particularmente importante, esa realidad era llamada mercantilismo. Los ricos empresarios pagaban impuestos para mantener el régimen y a cambio obtenían del poder central una garantía de protección de su “status” y de protección de su fortuna.


La propuesta de Adam Smith era totalmente radical porque proponía la libertad de acceso a este círculo empresarial y quería garantizar la libre competencia entre ellos permitiendo encoger a los mejores y al mismo tiempo mostrar a los peores. No hay que olvidar que en ese libro “La riqueza de la Naciones”, Adam Smith nos dice que alguna regulación seria necesaria para que no hubiese un riesgo de oclusión en la fijación de precios y reparto del mercado, oclusión que impediría la selección de los mejores.



Ninguna de estas ideas sugeridas en 1776 está encuadrada en los rescates gubernamentales diseñados para salvar el sistema financiero. Esto es sólo una observación, de la misma manera que se puede constatar que la solución de Adam Smith en aquella época era demasiado radical al asumir una ruptura total con lo establecido. La solución al problema actual también tendrá que pasar a través de nuevos paradigmas, posiblemente de una manera evolutiva. No es de extrañar por qué los responsables políticos han dicho que no hay un GPS para la situación actual


La evolución de la economía a lo largo del tiempo es más rápida que la evolución del espíritu en que la sociedad parece vivir en una anemia moral. Los conceptos básicos del capitalismo y el socialismo en todas sus derivas de corrientes están hoy ultrapasados en sus principios porque se diluyen en un nuevo paradigma económico creado por el crédito. Las sociedades de hoy son sin duda más ricas y sin duda mas perdidas en sus ideales, ya que se ha hecho más evidente, hoy que nunca, las diferencias sociales existentes. Ya no es solo una clase social la que está bajo observación por parte de la sociedad para ser responsabilizada de la situación. Ya no es la monarquía o la burguesía, así como cualquiera de las diferentes corrientes políticas, para pasar a ser la sociedad, en su conjunto, se ha convertido en incongruente.

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